Autor(a): Xaviera Villarino, Pasante de Divulgación de la Investigación
El proceso de migración a los Estados Unidos es uno que coloca a las personas en un mayor riesgo de experimentar abuso y amenazas a su salud y derechos sexuales y reproductivos (SDSR). Para las mujeres y las niñas, el riesgo es aún mayor.
Las experiencias migratorias tienen un efecto inmediato en el bienestar, pero también moldean la salud física, emocional y biológica de una persona mucho después de que termina su viaje. Hay pocos estudios de investigación que hayan explorado las experiencias de SDSR de las mujeres y niñas migrantes durante su viaje a los Estados Unidos. Obtener y capturar información sensible de las participantes relacionada con la migración y la salud conlleva el desafío de generar confianza y crear un espacio de conversación que sea acogedor y seguro.
Un estudio publicado recientemente, realizado por PSI LAC y liderado por Paola Letona, Asesora Regional de Investigación, buscó llenar este vacío en la literatura a través de entrevistas cualitativas con mujeres y niñas migrantes en edad reproductiva de Honduras, El Salvador y Guatemala que se encontraban en diferentes etapas del proceso migratorio.
Un Método Novedoso para Generar Confianza
Para crear un ambiente más amigable, acogedor y cautivador, las entrevistadoras utilizaron el tipo de preguntas de entrevista abiertas que son típicas en la investigación cualitativa, pero también introdujeron las siguientes actividades que ayudaron a facilitar las conversaciones sobre temas delicados.
Tarjetas con Imágenes
- Se mostraron siete tarjetas relacionadas con la SDSR al momento de iniciar la exploración de temas de SDSR.
- Las imágenes permitieron a la entrevistadora explorar temas de SDSR con las participantes y continuar discutiendo sus propias experiencias o lo que vieron pasar a otras mujeres durante sus viajes migratorios.
Actividad de Dibujo
- Hacia el final de la entrevista, se les pidió a las participantes que hicieran un dibujo de una situación estresante durante su viaje.
- La entrevistadora les dio 10 minutos para dibujar por sí mismas. Cuando terminaron, se les pidió que describieran su dibujo con sus propias palabras.
Respuestas de las Participantes
A continuación, se muestra un dibujo de una niña de 17 años de El Salvador. Representa una escena en la que la niña se había encontrado manejando su menstruación a poca distancia de un carro, entre otras personas, en un área con poco zacate y agua con la que solía limpiarse.
Después del dibujo, se les pidió a las participantes que describieran, con sus propias palabras, lo que muestra el dibujo.
“En mi caso sobre las toallas sanitarias, no me alcanzaron, me tocó ponerme trapos, muy poca agua, entre tanto poco zacate. El carro no tan lejos de donde yo estaba, otras personas, no tanta tranquilidad como se podría decir o no sé cómo llamarle, sobre que no estoy yo sola, saber que no estoy sola, que hay otras personas que me puedan ver, el no poder bañarse como uno en su casa. De no tener ese privilegio siempre, de que uno va a poder echarse agua todos los días...En algunos lados había huacales, unas como cubetitas, en otros lados había como unos pozos…Había tierra [en el agua] por el zacatillo, pero tampoco tan sucia como para decir, -no me quiero bañar–, aunque no me he bañado en días…” Salvadoreña, 17 años.
A través de esta entrevista y otras, el equipo de investigación descubrió que, en sus viajes migratorios, muchas mujeres y niñas no tenían acceso a agua potable, lo que dificultaba particularmente el manejo de su menstruación. De hecho, muchas mujeres y niñas migrantes no tenían acceso a productos menstruales, sino que recurrían al uso de artículos como papel higiénico o pedazos de su ropa. Además, debido a la falta de privacidad, las mujeres a menudo tenían que cambiarse frente a otros migrantes, incluidos hombres.
Otra participante, una salvadoreña de 36 años, creó la imagen de abajo cuando se le pidió que dibujara una situación estresante que atravesó durante la migración.
“Esto es algo muy triste que casi no lo hablo, es mas no lo toqué ahorita [durante la entrevista], pero en la imagen si quizá lo dejo plasmado, a veces hay cosas que son mejor no hablarlas y dejarlas ahí donde están, pero a través de un dibujo sí me atrevo a tocarlo, si fue algo muy vergonzoso para mí, fue algo muy duro…La que está hincada soy yo, los dos hombres parados son los dos hombres con los que me tocó… que hasta el día de ahora se me revuelven las tripas, no soy de ese tipo de mujeres para pensar eso o vivir así. Yo siempre he creído en la monogamia, yo siempre he creído en tener relaciones con una sola persona, pero esta vez…fue bien difícil sinceramente porque había más personas que estaban viendo y o era solo con ellos dos o era con todos y yo no sé si fue grabada, yo no sé si algún video mío anda circulando en alguna página pornográfica, yo no sé nada… No sé lo que pensaron”. Salvadoreña, 36 años.
Un análisis más detallado de esta entrevista y otras similares arrojaron luz sobre el sexo transaccional y cómo era común entre migrantes. A menudo ocurría cuando las mujeres se estaban quedando sin dinero o cuando sentían que ellas, o su viaje a su destino, podrían estar en peligro. Los relatos primarios de participantes que experimentaron violencia sexual fueron raros, posiblemente debido al temor a las repercusiones del agresor. Sin embargo, muchas participantes compartieron historias de otras mujeres con las que viajaron que sufrieron violencia sexual, incluida la violación, y no pudieron acceder a atención o apoyo adicional después del hecho.
La cita de esta participante ilustra cómo la actividad de dibujo la animó a compartir esta experiencia que era poco probable que hubiera compartido de otra manera y muestra cómo las técnicas tradicionales de entrevista cualitativa pueden fallar en capturar información sensible.
Aplicaciones en Futuras Investigaciones
Este enfoque novedoso del proceso de entrevista puede ayudar a futuros estudios a investigar las experiencias únicas de las participantes desde sus perspectivas. Este método puede ser particularmente útil para temas sensibles o estigmatizados, como los relacionados con la SDSR, que pueden ser incómodos para las participantes del estudio discutir con una entrevistadora. Además, estos enfoques pueden ayudar a los investigadores a establecer una relación con las poblaciones vulnerables o marginadas que pueden dudar en compartir sus experiencias.
Crear oportunidades para que las participantes de investigación se expresen plenamente; capturando sus historias a través de palabras e imágenes puede permitir que organizaciones como PSI comprendan mejor y respondan más eficazmente a las necesidades de salud pública de las poblaciones a las que servimos.
Para obtener más información, póngase en contacto con Paola Letona ([email protected])